COMPETENCIAS LABORALES
DEL PROFESIONAL EN EL FUTURO
El
término competencias está en boga en muchas de sus acepciones. En todas las
direcciones se escuchan frases que martillan su importancia: “Ud. debe ser
competente”, “la mejor manera de competir…”, “la insostenible incompetencia”,
entre otras muchas. La primera noción de competencia fue presentada por Chomsky
(1928), específicamente en el área del lenguaje, y apuntaba a la facilidad que
tienen los niños para apropiarse del sistema lingüístico. Según el concepto de
competencia de educación, ser competente demanda capacidad de acción,
construcción y reconstrucción de conocimiento (Alpizar, 2008), donde tanto lo cognoscitivo
(saber) como lo procedimental (saber hacer) y lo afectivo (saber ser), entran
en juego para aportar formación integral a los individuos. El modelo basado en
competencias en educación reúne ciertas condiciones idóneas para su ejecución.
Dentro de los objetivos del proceso educativo está el
preparar a los aspirantes a enfrentar el mercado laboral. Sin embargo, cabe
destacar una pregunta que Levy, F. & Murnane, R. (2007) lanzan en su artículo “¿Cuál
educación y cuáles habilidades se necesitan para tener un empleo decente en el
mercado laboral creado por las computadoras y la globalización?” La pregunta
nos hace reflexionar sobre las necesidades que se aspiran llenar a través de una
preparación previa. Por ello, el análisis integral de la mente humana, junto
con las estrategias para llevar a cabo un desarrollo competente existente, conlleva
a una análisis interesante propuesto específicamente por Gardner.
Gardner,
H. (2005) menciona una frase que siempre debe prevalecer en el pensamiento
de actores y actantes del sistema educativo: “Intrínseca e inevitablemente, la
educación es una cuestión de valores y objetivos humanos” Gardner, p. 14. ¡Cuántos
maravillosos cambios a nivel curricular, metodológicos y de políticas
educativas se podrían llevar a cabo partiendo de esa premisa! He percibido que
en Costa Rica, últimamente, la educación ha perdido el respeto que le costó
ganar. Me baso específicamente en la cantidad de universidades que ofertan las
carreras de enseñanza con planes curriculares pobres, con requisitos de
graduación mínimos y un personal académico mediocre. Educación es la opción
para aquellos que buscan una carrera corta y que les produzca algo de dinero,
sin cuestionarse si en realidad tienen vocación para ella. Aquí,
definitivamente, no hay objetivos humanos.
Cuando
mantenemos respeto por el área en el que decidimos especializarnos, nos es más
fácil disfrutar de todos los campos. Los conceptos de las 5 mentes brindan
información que puede tomarse en cuenta para desarrollar las potencialidades de
nuestros estudiantes, quienes en su mayoría, forman parte de un sistema que
alberga al menos 35 por aula (en el caso de primaria, secundaria y algunas
universidades) Se debe buscar una mente disciplinada, que en resumen lo que
persigue es crear un balance en el ser humano: no se compone únicamente de
ciencia y matemática, sino también de arte y filosofía. Una mente sintética: en
una era globalizada como la que estamos viviendo, no podemos darnos el lujo de
decir que carecemos de información, sino todo lo contrario; es por esa razón
que debemos crear personas con mentes capaces de sintetizar y saber escoger lo
importante, y muchas veces, lo verdadero. La creatividad no se queda atrás, y
por eso la MENTE CREATIVA tiene su espacio: ¿cuántas personas han creado
grandes empresas simplemente por permitir a su imaginación volar y así patentar
grandes ideas? Son pocas, pero eso no implica que no se pueda formar parte de
ella. LA MENTE RESPETUOSA, alaba la frase de que la educación es una “cuestión
de valores”; el ser humano que no sea capaz de ver en el otro un reflejo de sí mismo, jamás será capaz
de salir adelante en la vida. Como dice el
Padre Jorge, sacerdote dominico en su blog “Lo que queremos ser”: “No hay que huir de lo humano y material para experimentar la vida de Dios.
Hay que zambullirse más bien en lo
humano, como lo hizo Jesús, para experimentar la vida divina que nos
sostiene y nos libera.” Pero también se debe intentar la construcción de una MENTE ÉTICA a través
de la inspiración. Comparto con el autor que esto es muy ambicioso y difícil de
lograr, pero es conocido por todos nosotros que lo que realmente vale la pena
en nuestras vidas tuvo orígenes ásperos y momentos amargos.
La educación
costarricense, desde mi punto de vista, no está completamente perdida, sino un
poco desorientada. Se requiere políticas educativas comprometidas a guiarla
para que tome un rumbo basado en formar seres humanos auténticos y con
vocación. En mi labor como adultos, las lecturas me ayudan a ver que somos
integrales y que indistintamente de la edad, podemos cambiar y desarrollar
ciertas áreas para nuestro mayor desarrollo como seres.
Estimado compañero:
ResponderEliminarRescato con tristeza el tema de la calidad de las universidades.
Efectivamente existen universidades que se preocupan lo mínimo y que incorporan los mínimos parámetros de calidad y de mejoramiento continuo.
Creo que ahí existe una responsabilidad no sólo de las entidades como el CONESUP, sino también del docente, quien debe diariamente ser un agente de cambio y un promotor de la calidad.
Increíble conocer casos de universidades que con una simple memoria (copy-paste) como trabajo final de graduación se otorguen títulos profesionales. Dónde queda ese desarrollo de competencias?
Cada persona tiene posibilidades y habilidades distintas compañero, pero si no cuentan con un buen guía para poder desarrollarlas completamente es difícil poder encontrarlas o sacarles provecho. Creo que esa es la parte complicada hoy en día, pues si los docentes no guían a sus estudiantes, ellos no podrpan desarrollar las competencias necesarias para el profesional actual.
ResponderEliminarHola Errol, me llama la atención lo que dices sobre la educación costarricense no está del todo pérdida. Creo que los docentes jugamos un rol muy importante en la forma como se direccionan las políticas educativas. Sinceramente creo que es nuestra responsabilidad estar al tanto de esos cambios e informarnos de las razones por las que se modifican planes de estudio por ejemplo. No podemos sólo esperar a que "alguien" dicte las pautas cuando éstas no responden a las necesidades del sector educativo.
ResponderEliminarEstimado Errol
ResponderEliminarYo también rescato lo abordado por Euyenia, y precisamente lo incluí en otro comentario a otra colega.
Es triste ver cómo la calidad universitaria en este país varíe tanto, pero definitivamente somos los docentes los que debemos dar ese ejemplo de constancia y liderazgo en el sector educativo.
Hola
ResponderEliminarMuy acertado lo que mencionas de los valores y los objetivos humanos de la educación, de alguna manera los informes del estado de la educación han tomado este tema del incremento acelerado del número de universidades que se han creado desde los años 80´s, y en parte una de las soluciones que se han planteado es el tema de la calidad a través de la acreditación de carreras del SINAES, conveniente o no, es al menos una estrategia para disponer de mecanismos que permitan posibilitar el que las universidades efectivamente están contribuyendo en los procesos educativos de los estudiantes para el éxito en sus funciones profesionales y personaess. Profesionales para que se desempeñen de manera óptima en sus entornos laborales, y personales para que como lo indicas sean verdaderos ciudadanos en sus contextos personales.
Interesante tu aporte
Errol, aunque evidencia que ha realizado las lecturas asignadas, no contesta la pregunta: ¿En qué coinciden Gardner, Cheng, Levy y Murnane, en cuanto a las competencias laborales del profesional del futuro? ¿Qué implicaciones tiene este nuevo perfil sobre su propia práctica docente?
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